Butaca J. Hoffmann

Butaca J. Hoffmann

La multinacional sueca más conocida por todos ha dejado claro que diseño y bajo precio no están reñidos, algo que ha marcado un antes y un después en la industria del mueble. Esta fuerte competencia en precios ha servido para que las marcas de muebles se refuercen y añadan valor a su servicio. Este valor va más allá de ofrecer muebles de diseño baratos. Las firmas que cuentan con el knowhow de toda una tradición ebanista que permite aunar diseño y calidad a un precio asequible.
Los muebles de diseño baratos por lo general se olvidan de los detalles y la calidad, las grandes firmas que son instituciones del diseño han sabido combinar funcionalidad, materiales puros y estética. La calidad se entiende como un concepto esférico, que abarca el cuidado del espacio habitado, un confort sinérgico entre lo cómodo y lo estético, una concepción largoplacista de todo lo que integra el espacio, interior o exterior, como un objeto animado que evoluciona con el ritmo de la vida.
No hay que ser radical tampoco con los muebles de diseño baratos o “low cost” como está de moda ahora llamarlos, su utilidad es más un parche para salir del paso que una pieza pensada como integrante de tu espacio íntimo. Ni personalidad ni esencia. El diseño se debe valorar como tal, como un valor añadido que no son solo líneas que reproducir a gran escala, cada diseño tiene una razón de ser y ha sido concebido esféricamente, trasmitiendo un lenguaje que debe saber descifrarse y ubicarlo donde le corresponde.
En Muebles Lluesma han sabido muy bien mantenerse íntegros en la concepción ortodoxa del diseño, sabiendo que no pueden haber muebles de diseño baratos en las firmas que mejor saben hacer los muebles, lo que si que pueden es adaptar lo que ellos saben hacer muy bien a una sociedad que busca comodidad y funcionalidad, adaptación al cambio sin olvidar la estética. El diseño de cada mueble es, a su manera, único.

 

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