El restaurante Ricard Camarena localizado en la antigua fábrica de Bombas Gens (en 1930) de Valencia, España, cuenta actualmente con un estilo de decoración muy acogedor dentro del entorno industrial de hace unos 80 años, amueblado con unas butacas de la marca Blasco Vila, pertenecientes a la línea RC, diseñada por Francesc Rifé.

Dicha colección RC se caracteriza por el uso de materiales finos como los tapizados de marcas Gabriel y Kavratestá. También utiliza madera de fresno macizo, que podemos encontrar en color natural o en negro. Cuentan con una estructura minimalista que le proporcionan al Ricard Camarena un toque de distinción y elegancia muy interesante.

Estas butacas de la marca Blasco Vila proporcionan una gran comodidad a los visitantes del restaurante Ricard Camarena en Valencia. Cuentan con un diseño ergonómico caracterizado por formas que las hacen idóneas para ambientes sociales como este elegante local.

La pureza, el orden y la rigurosidad son los tres aspectos en los que se inspiró el catalán Rifé para diseñar estas butacas que encajan a la perfección con la propuesta gastronómica que trae Ricard Camarena, pues se trata de una cocina que provoca muchas sensaciones, es un poco compleja pero guarda muchas sorpresas para sus degustadores.

Edificio de Bombas Gens, un vestigio de nuestra historia.

El edificio de Bombas Gens es una de las pocas estructuras fabriles que se encuentran aún en la ciudad de Valencia. Cuenta con una estructura bastante extensa y guarda muchos secretos de la historia de España desde 1930.

Se localiza actualmente en la avenida Burjassot y posee en sus entrañas un refugio antiaéreo que fue construido en 1938, justo cuando se desarrollaba la Guerra Civil española, con el objetivo de garantizar la protección de los trabajadores de la fábrica.

Posteriormente, el edificio de Bombas Gens fue incautado y destinado a la elaboración de armamento, según lo que contaban los testigos del hecho. Hoy en día esta estructura posee un valor histórico muy importante para los españoles, en vista de que es uno de los pocos vestigios industriales que aún se mantienen en pie.

En este edificio también se encuentra una bodega perteneciente al siglo XV, de la cual se han recuperado algunos objetos de importante valor arqueológico que proporcionan información relacionada con el estilo de vida tradicional de los habitantes de Valencia en esa época. Entre ellos se encuentran artículos como cerámica de cocina, vajillas y azulejos de la alquería.

No en vano el restaurante Ricard Camarena se encuentra en esta sede tan emblemática para los españoles, pues refleja un ambiente industrial clásico, combinado a la perfección con todas sus butacas de la marca Blasco Vila que lo convierten en un lugar único, acogedor y muy discreto.

La elegancia, la pureza y comodidad que representa este interesante restaurante lo hacen muy atractivo. Si a eso le sumamos la historia que se encuentra detrás de su edificación entonces sobran las palabras para describir lo encantador que resulta degustar allí una deliciosa comida en compañía de familiares, amigos o compañeros de trabajo.