Este arquitecto americano fue un caso singular en el período de la arquitectura moderna porque era el más viejo de todos ellos, ya que nace en 1869 y muere en 1959. En 1900 ya producía sus primeras obras importantes. No participó en las vanguardias, ya que era americano, sino que fueron las vanguardias las que en ocasiones bebieron de él. Vivió todo el ciclo de la arquitectura moderna y tuvo más de 60 años de producción. Los dos temas fundamentales que aportó fueron:
–    La Naturaleza: lo orgánico, lo material y el lugar natural. Fue el padre del diseño y la arquitectura orgánica.
–    La fluidez espacial: descomposición de la caja espacial o volumen en planos, produciendo continuidad entre interior/exterior e interior/interior.
La casa Robie es una vivienda unifamiliar colocada en la esquina de una manzana. En la planta baja vemos 2 rectángulos que definen 2 patios en las esquinas. Hay un volumen y un patio principales, y los otros son de servicio. En el exterior de la casa predomina la composición horizontal marcada por unas grandes líneas horizontales con cubiertas de poca vertiente y con el contrapunto vertical de las chimeneas. El material siempre es uno en concreto y lo usa enseñando su textura, color y cualidad. La composición exterior de la casa es asimétrica.
En la 1ª planta vemos una zona sin compartimentos duros, donde la zona de comer y la zona de estar están poco separadas, únicamente por el hueco de la escalera y la chimenea. La chimenea no tiene compartimentos laterales, lo que proporciona continuación. La moqueta y la ventana interior también dan esa sensación. Esta idea es la de fluidez o continuidad espacial interior de Lloyd Wright. Además también en el exterior lo podemos apreciar, ya que el volumen está descompuesto en planos, sin líneas, de manera que produce continuidad hacia el exterior. El espacio fluido se caracteriza por su continuidad visual, material y funcional.
También hay destacar que el mobiliario incluido en el salón forma parte de la arquitectura de la casa, así como los materiales orgánicos que usó para hacerlos, como la madera. El salón tiene una composición rompiendo las esquinas, o llamado también en quilla.
La casa de la cascada (1936/1939) se encuentra en al interior de un bosque, vinculada a un arroyo, el cual produce una pequeña cascada en uno de los laterales de la casa. Lo más importante de esta construcción es el espacio fluido y su vinculación con la naturaleza, además usa muchos recursos jugando con lo artificial y lo natural, ya que la naturaleza se mete dentro de la casa, y viceversa (simbiosis). El arroyo pasa por debajo de una parte de la casa, y ésta se agarra a una de sus orillas, dejando en voladizo una parte sobre la otra orilla del arroyo.
Hay contraste entre materiales, ya que los muros verticales están revestidos por dentro y por fuera de piedra rústica del lugar, y los forjados horizontales son de hormigón blanco, representando el material industrial de aquel momento.
El agua de la cascada en continua caída, representando la gravedad, y los vuelos de las terrazas suspendidas en el aire forman otro contraste importante. La planta principal es un solo espacio diurno donde están todas las funciones diferenciadas mediante su iluminación, cambios de techo, mobiliario fijo, materiales… dando lugar a diferentes ámbitos. Hay una doble diagonal simbólica que define los 4 extremos de la planta baja. La entrada se vincula con la tierra, y desde este punto se traza una diagonal imaginaria hasta la terraza en voladizo, dando lugar a una simbología entre Tierra y Aire. Por otro lado, la chimenea también se vincula mediante otra diagonal con la escalera que baja ala arroyo, dando lugar a la simbología entre Fuego y Agua.
La mitad del perímetro del espacio principal está cerrado con madera y vidrio, y en el techo hay un lucernario también de vidrio, dando lugar a la fluidez de espacios entre interior y exterior. Esto se ve potenciado por muchas zonas mixtas, por espacios de transición, donde se dan espacios cubiertos y descubiertos al mismo tiempo. El volumen de la casa se desarrolla en dirección a las tres coordenadas para así integrarse bien en el espacio natural que la rodea.
El interior es una caja sin esquinas, abierto al exterior, con vidrio y madera, aunque también usa hormigón y piedra para darle consistencia. En la chimenea hay piedras naturales, las cuales contrastan con los materiales artificiales del interior de la casa. La mayoría del mobiliario es fijo, vinculado a la propia arquitectura. Vemos que el rincón de estudio está totalmente abierto y es transparente. Y la escalera no tiene límites, ya que se aúna a la naturaleza del arroyo, aunque se puede cerrar también.
El Museo Guggenheim de Nueva York (1959) Lloyd tiene pocas obras urbanas, y en N.Y. esta es la única. Él era más un arquitecto de casas y viviendas de alto nivel. Este museo es una obra póstuma y antiurbana, ya que está situado en la retícula urbana de Manhattan, rompiendo la geometría de las calles de la isla mediante un edificio circular que nos recuerda a la espiral de una caracola (orgánico), pero invertida, apoyándose sobre su vértice, desafiando la ley de la gravedad y a la geometría de Manhattan. No tiene ventanas, lo que hace que sea un espacio introvertido, que mira hacia dentro. El edificio en planta se basa en dos círculos: el mayor se usa como galería y exposición, y el menor alberga los espacios servidores como la biblioteca, las oficinas, la tienda,…
El acceso al museo se produce en la intersección de ambos círculos, de manera asimétrica. La galería está configurada como una rampa continua alrededor de un patio central interior, de manera que cuando entramos, hay que hacer el recorrido de arriba hacia abajo. En la parte central y superior de la espiral hay una claraboya acristalada con estructura de hormigón. Además en cada piso hay unas entradas de luz directas a los expositores de las obras.
La única pega de esta construcción es que las obras nunca se pueden ver de manera recta, ya que están expuestas en la rampa, la cual siempre está en inclinación.
Lloyd también dedicó su tiempo al diseño de objetos convencionales, sobre todo de mobiliario de equipamiento doméstico y para oficinas.
De las lámparas podemos destacar la lámpara colgante Dana (1902) con aire de fin de siglo y vinculada a los Arts & Crafts, con su aire artesanal tosco y con el cristal coloreado. La lámpara de pie sin vidrio (1903) está hecha de madera disponiendo de cajas en voladizo y con la luz en forma de escalera de caracol, teniendo cada escalón una pantalla de reflexión. Por último creó también la lámpara de sobremesa de metal y vidrio coloreado, así como la misma pero con aire japonés, gracias a la mampara de papel de arroz y con su esquema sin esquinas.
En el tema de mobiliario destacamos los muebles para oficina (1936) donde vincula el asiento a la mesa, y donde la silla se puede girar y meterse en el espacio interior de la mesa. Además la silla está sujeta a una de las patas de la mesa. Para esto usa formas circulares con el metal y la madera. Como en la mesa escritorio (1903) con silla en voladizo vinculada a una de las patas de la mesa, como la anterior.
En 1910 construye el Hotel Imperial en Japón, y diseña además su vajilla con un anagrama de colores. El diseño es asimétrico, con formas derivadas del círculo (orgánico) y con colores básicos. La mesa y la silla del hotel recuerdan a las de Mcintosh, pero con la textura y calidad de Arts & Crafts.
El mobiliario Midway (1913) son una serie de muebles de merendero hechos en cristal y metal. El sillón comedor Taliesin (1914) con madera curvada, parece que sea reversible. La esfera se repite en toda su forma, usando el contrachapado e indicando su elaboración industrial.
En los temas de dos dimensiones, como el textil, hizo papeles pintados con motivos geométricos mediante líneas superpuestas. Además hizo alfombras con objetos derivados de los círculos y vidrieras con formas vegetales esquematizadas, como las de Mcintosh.