Este diseñador egipcio, de ascendencia británica, es hoy por hoy uno de los creadores más importantes. Considerado como renovador del diseño. Es uno de los más prolíficos diseñadores del momento… Y de los más polémicos. Por sus proyectos, llenos de colorido y alejados de todo convencionalismo; por sus declaraciones (Quiero cambiar el mundo es el título de una de sus múltiples publicaciones y toda una declaración de principios); pero también por una cierta arrogancia que exhibe sin tapujos. ¿Para qué? Después de todo es —sin lugar a dudas— el diseñador del momento.
Capaz de crear mobiliario, iluminación, complementos para la casa, arquitectura de espacios, packaging o relojes para empresas de reconocidísimo prestigio (Alessi, Carolina Herrera, Capellini, Coca Cola, Dupont, Artemide, Kenzo, Vondom) distribuidas por más de 35 países, este egipcio (El Cairo, 1960) de ascendencia británica, se crió en Canadá.
Ahora vive en Nueva York, aunque pasa buena parte de su tiempo entre aeropuertos y vuelos donde, a veces, le sobreviene la inspiración. Más que acostumbrado a trabajar ‘en el aire’, la entrevista que te ofrecemos —en dos entregas—está realizada precisamente entre Frankfurt y Nueva York.
A pesar de que son muchos sus detractores, consigue vivir a base de mucho más que fama (buena y mala). Y los premios le llueven cada año y casi con cada uno de sus trabajos. ¿Por ejemplo? El BOY —Best of the Year—, conseguido con la tumbona Surf de Vondom, una sinuosa tumbona realizada para la empresa española Vondom.
Hoy en día el diseño poético se basa en una gran cantidad de criterios complejos: humana experiencia, las conductas sociales, globales, económico y los problemas políticos, la interacción física y mental, forma, la visión y una comprensión rigurosa y el deseo de la cultura contemporánea. La fabricación se basa en otro colectivo de criterios: la inversión de capital, cuota de mercado, facilidad de producción, la difusión, el crecimiento, la distribución, el mantenimiento, el servicio, el rendimiento, la calidad, las cuestiones ecológicas y sostenibilidad. La combinación de estos factores de forma a nuestra objetos, informar ourforms, nuestro espacio físico, la cultura visual y nuestro contemporáneo humanexperience. Thesequantitative constructos forma de negocio, identidad, marca y valor. Este es el negocio de la belleza. Todas las empresas debe estar completamente preocupado por la belleza – después de todo es una necesidad humana colectiva. Creo que podríamos estar viviendo en una completamente differentworld – que es lleno de verdaderos objetos inspiradores contemporáneos,espacios, lugares, mundos, espíritus y experiencias.
El diseño ha sido el formador cultural de nuestro mundo desde el principio. Hemos diseñado sistemas, ciudades y commodities. Hemos abordado los problemas del mundo. Ahora el diseño no se trata de resolver problemas, sino de una rigurosa embellecimiento de nuestros entornos construidos. Diseño es acerca el mejoramiento de nuestras vidas poética, estética, experimentalmente, sensorialmente, y emocionalmente. Mi verdadero deseo es ver personas viven en el modus de nuestro tiempo, a participar en el contemporaryworld, y para liberarse de la nostalgia, las tradiciones anticuadas, los rituales antiguos, kitsch y themeaningless. Debemos ser conscientes y attunewith este mundo en este momento. Si la naturaleza humana es vivir en el pasado – para cambiar el mundo es cambiar la naturaleza humana
